En un intento por concientizar a la población, Mateo nos muestra qué es lo que pasa cuando uno se hace adicto al chocolate:
domingo, abril 06, 2008
jueves, abril 03, 2008
En Temaiken... solos!
Miércoles feriado. Aburridos... Entonces decidimos con Nacho irnos a algún lado a disfrutar de la tarde de otoño. Mamá trabajaba, papá dormía la siesta.
Agarramos un tractor que quedó por ahí del paro, chequeamos aceite y cubiertas y nos fuimos... bueno casi....
ESTA sospechó que algo estaba pasando y nos sobornó con despertar a papá... la tuvimos que traer... qué tipa molesta!
Agarramos un tractor que quedó por ahí del paro, chequeamos aceite y cubiertas y nos fuimos... bueno casi....
ESTA sospechó que algo estaba pasando y nos sobornó con despertar a papá... la tuvimos que traer... qué tipa molesta!
Como no se nos ocurrió robar también la billetera, tuvimos que colarnos por uno de los alambrados de Temaiken. Menos mal que en el campo habíamos practicado! No nos vio nadie y a la gorda la dejamos con un paty en un puestito en la ruta... dijo algo de que ya los había probado, no sabemos.
Obvio, una semana sin carne y Mateo corre una oveja para el asado. Traté de explicarle que no quedaba bien empezar con el fueguito ahí en la granjita para chicos, y finalmente aceptó venir conmigo al corral de al lado...
Ves, Teo? Nos llevamos una de estas y nadie se da cuenta. Dale, apurate que las arrinconé... son más pavas estas gallinas!
Igual, en eso llegaron papá y mamá (Jose llamó desde el puestito y nos delató) y nos sacaron de ahí. Ya vamos a volver... con carbón y fósforos, como corresponde.
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